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Alcázares de Cordoba

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En el año 1328 el bisnieto de Alfonso X, El Sabio, Don Alfonso XI El Justiciero, después de haber conquistado el territorio musulmán, comenzó a construir en Córdoba una de las obras más interesantes de la época: el Alcázar de los Reyes Católicos, recibe este nobre debido a que aquí residieron durante más de ocho años los Reyes Católicos, y este fue su cuartel en la campaña militar contra el reino musulmán de Granada, durante este periodo, la reina Isabel tuvo a su hija, la Infanta Doña María, que tiempo después se convertiría en reina de Portugal, y  fue por aquí por donde Cristóbal Colón le pidió permiso y fondos a la Reina Isabel para realizar su famosa expedición marítima. Años más tarde el recinto se convirtió en cárcel, perdiendo su carácter palaciego, y en el año 1931, se destinó a utilidades militares, y ya por fin en el 1955 el Ayuntamiento de Córdoba se adueñó del Alcázar, y ahora sirve para distintos eventos municipales.

En 1994 fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Este edificio de planta cuadrangular presenta unas murallas de trece pies de anchura, y una torre en cada esquina:

-Torre de los Leones.

-Torre del Homenaje.

-Torre del Río, o torre de los Jardines, o de la Inquisición.

La cuarta llamada "Torre de la Vela" o "Torre de la Paloma", fue destruida en 1856, quedando en ruinas hasta 1981, en el que se restauró. 

En total ocupa unos 4000 metros cuadrados.

    El Alcázar está emplazado en el Campo de los Santos Mártires a orillas de Guadalquivir, en el mismo lugar en el que estuvo el Telonium o Aduana de la Bética, de la que fue Cuestor Julio César, antes de ser Emperador y gobernar al pueblo romano, y en el que plantó el legendario plátano que inmortalizó el poeta Marcial en unos versos que se pueden ver junto a la alberca que hay al final de los jardines, recogidos en un suelo de mosaico romano con imágenes de fauna marina, y en uno de sus ángulos el famoso plátano. Y también se pueden ver los versos:

"En tierras tartesas hay una casa celebérrima allá, donde la Córdoba opulenta se mira en el plácido Betis... Enmedio y abarcando toda la morada, se alza el plátano del César, de espesa cabellera, que plantó la diestra feliz del huésped invicto comenzado su tronco a crecer desde su mano..."

    También tuvieron por aquí, visigodos primero y musulmanes después, sus moradas y alcázares, y después de la Reconquista, los frailes Agustinos tuvieron aquí su convento, pero duró muy poco tiempo, ya que al necesitar Alfonso XI el terreno para construir su Alcázar, les compró las tierras y les donó el sitio en que se fundó el convento que aún existe en San Agustín.